La independencia del Perú y el grito de libertad desde el sur 

El 28 de Julio de 1821 sucedió algo que conmocionó al Perú y al continente, el General Argentino Don José Francisco de San Martín proclamó nuestra independencia en una fiesta llena de gente, que veía el inicio de la caída del virreinato español, hasta ese entonces el más poderoso de Sudamérica.

Historia

Años atrás en 1780, los sueños de libertad y de justicia se realizaron con la rebelión del caudillo cusqueño José Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru II. Instruido Curaca y Cacique descendiente directo de los Incas, se enfrentó con su líder esposa Micaela Bastidas y miles de mestizos, indios y negros contra los españoles por la abolición de la dependencia indígena y todo tipo de esclavitud.

En el 1808, España entraba en crisis por la invasión de los franceses con Napoleón Bonaparte, en América aún se cocinaba la idea de liberación y de patria. Habían peruanos participando contra el absolutismo español en Buenos Aires, Quito, Santiago y La Paz para lograr tal anhelado fin. Había un tremendo descontento de la gente contra la corona española porque no fueron amables ni atentos con los descendientes americanos; era evidente el descontento social y la desconformidad de la gente.

Mientras tanto en Perú, el desarrollo de una lucha ideológica y después militar entre patriotas y realistas originó que a mediados de 1814, el Perú tenga muchos intentos previos de liberación, como las juntas de los hermanos Angulo y Mateo Pumacahua en el Cusco y otras más en Ayacucho y Arequipa en las que también participaron mestizos, criollos e indios. La única junta que no fue derrotada fue la de Buenos Aires, en Lima nunca se pudo formar alguna porque la presencia realista era más fuerte.

Don José Francisco de San Martin, soñaba con la libertad de América pero quería conservar las virtudes de Europa, tenía una formación militar desde muy pequeño demostrando así dotes de líder, además luchó contra Napoleón en España, experiencia que le sirvió para elaborar un plan continental con una estrategia militar que incluía la campaña de liberación del Perú, para lograr la liberación completa de la América Hispana y evitar así la amenaza de cualquier ataque desde la gran colonia española.

La corriente Libertadora del Sur

La estrategia fue partir desde Argentina e intentar llegar por el alto Perú, conocido ahora como Bolivia, pero sus expediciones fracasaron y la estrategia tuvo que cambiar de rumbo, tenían que cruzar los andes con destino a Chile en un duro camino a pie y a caballo entre tormentas de invierno; frío, hambre y sed recibieron los revolucionarios de Buenos Aires. Fueron apoyados hasta ese momento por el gobierno de las provincias unidas del río de la plata, quien le dio a San Martin la tarea de dirigir el regimiento.

Al empezar el cruce de los Andes en 1817, en Chile ya convivían los realistas y el gobierno independiente con Bernardo O’Higgins como principal organizador, quienes con la llegada de San Martin tuvieron dos enfrentamientos para la independencia oficial de Chile en 1818, en las batallas Chacabuco y Maipú.

El estandarte de la expedición llevaba la bandera de Chile con tres estrellas que simbolizaba los tres países comprometidos en una alianza por la independencia, pero sobre todo Perú, por lo que San Martin dijo que su carrera acabaría cuando Perú esté liberado.

Argentina financió la expedición hacia Chile pero se negó a hacerlo con la del Perú. Sin su ayuda, los chilenos con Bernardo O’Higgins a la cabeza asumieron preparar toda la expedición al Perú, el esfuerzo económico para los sueldos de los soldados, víveres, caballos y mulas, fueron por acuerdo entre O’Higgins y San Martin.

Expedición Libertadora del Perú

El plan continuaba hacia Perú mediante una operación anfibia, mientras el ejército de patriotas argentinos, chilenos y peruanos recobraban fuerzas, se organizó una expedición dirigida por el marino Británico Lord Thomas Cochrane, apodado “El lobo de los mares”.

Cochrane en sus dos expediciones y San Martín tuvieron que trasladar cuatro mil quinientos hombres que en su gran mayoría no eran de mar, estos sufrieron los embates de viajar con caballos, piojos y chinches y para que no desertaran no arribaron a ningún puerto hasta llegar al Callao o a Paracas.

Mientras tanto los españoles contaban con veinte tres mil soldados en todo el Perú, por lo que el plan fue el de fingir desembarcos para desviar la atención de las fuerzas españolas del Virrey Pezuela, y es así que la escuadra libertadora de Valparaíso tras varios enfrentamientos navales, toma por asalto la fragata Esmeralda, buque insignia de la flota española poniendo así el fin del poderío marítimo español.

San Martin desembarca en Paracas y se dirige hacia Lima haciendo un alto en Pisco y acuartelando en Huaura. Otro argentino, Alvarez de Arenales ingresaba por Ica alzando a su paso a los pueblos aledaños y sobre todo para cerrar todos los suministros y provisiones realistas ganando en Palpa, Nazca, Tarma y las más importante Batalla de Cerro de Pasco. Hubo muchas conversaciones entre los delegados de San Martin y Pezuela, al no ponerse de acuerdo Pezuela fue destituido en un golpe de estado.

El plan de San Martin era acorralar y tomar el complejo militar de Lima, para ello había que atacar por mar y tierra y que los militares españoles se queden en Perú para formar parte del nuevo país. Su idea era la de un país monárquico pero autónomo.

Fue en si una guerra civil porque habían españoles y americanos que se pasaban a las filas de uno u otro bando, pero más desertaron del realista cuando ocurrió la rebelión en España, uno de estos fue Hipólito Unanue medico ilustrado al servicio de la ciencia con mucho conocimiento de la política exterior y la burocracia de esa época, muy considerado por San Martin y Bolívar para lograr la independencia.

En Trujillo, Torre Tagle quien fue compañero de Ohiggins, tomó el norte e independizó en 1820 Trujillo pero no tuvo la suficiente visión para continuar el estilo realista o patriota. En el centro del Perú, fue decisiva la participación de los montoneros, la gente rural, la clase popular y media que a manera de ataques breves como guerrillas, fueron llegando a Lima con la primera bandera peruana.

Por el cerro San Cristóbal, hicieron un cerco prohibiendo la llegada de alimentos hacia la capital, los soldados realistas fueron invadidos por una epidemia de cólera, por lo que el virrey tuvo que retirar sus tropas hacia el Cusco. Alrededor de Lima, aparecieron malhechores y ladrones.

La clase alta y los grandes comerciantes temían la anarquía social. San Martín aprovechó para hacer un cabildo en la hoy Municipalidad de Lima, se hizo un acta de independencia donde firmaron desde autoridades españolas que prefirieron quedarse en el Perú, y los demás pobladores.

Es así que, el ejército libertador inicia una campaña en Lima para la futura libertad de Arequipa, Tarma y Cusco. Para lograr tal anhelo, se tuvo que esperar tres años más con la batalla de Ayacucho en 1824.

La independencia desde Lima, no fue un triunfo militar, sino fue un triunfo de su gente. La presencia realista estuvo hasta 1826 fecha en la que se rindieron en el callao, pero el 28 de Julio empezó el nacimiento donde peruanos de todas las clases sociales dispusieron de sus recursos personales y materiales con la colaboración de Argentinos y Chilenos venidos del sur, que como O’Higgins habían vivido en Perú o sabían la importancia de la libertad de las naciones hermanas.

Conclusíon

Y es así como los peruanos decidieron, dedicaron y entregaron sus vidas para la libertad de América y el inicio de la independencia del Perú aquel 28 de Julio de 1821, fecha en que se abrieron las puertas para el desarrollo autónomo y el crecimiento en todos los aspectos de su vida. ¡Viva el Perú!