Tiempos de virtualidad, progreso disonante  

¿Mundo interconectado? La promesa del fácil acceso a todo se cumple en nuestros días. Ya no hace falta salir de casa para realizar una compra ni mucho menos ir en busca del encuentro físico con alguien.
Publicado el 23/06/2022 a las 09:54

¿Mundo interconectado? La promesa del fácil acceso a todo se cumple en nuestros días. Ya no hace falta salir de casa para realizar una compra ni mucho menos ir en busca del encuentro físico con alguien.

Lo que tenemos, más bien, es compras virtuales o reuniones a cada hora a través de diversas plataformas virtuales. Podríamos pensar, en este sentido, que la tecnología ha llegado para facilitar nuestra vida, nuestro trabajo o nuestro aprendizaje, pero por qué, por ejemplo, si tenemos más fácil acceso a la información, el Perú sigue siendo uno de los países con los más bajos índices de educación, ubicándonos en el puesto 64 de 77 países en la prueba de comprensión lectora PISA 2018.

Esto nos permite conjeturar que la tecnología no necesariamente ha venido a otorgar las soluciones más apropiadas. Lo que sí no podemos negar es que tenemos seres más aislados o con mayor rechazo al mundo real. Pero esta idea la desarrollaremos con mayor precisión en las siguientes líneas, veamos.

Contextualización

Es en la década de los 90 que inicia el auge del internet, tiempo en que se nos prometía “comunicación masiva” desde el lugar en dónde uno se encuentre. La propuesta consistía en sentarnos frente a un dispositivo y establecer comunicación, a pesar de las grandes distancias, con quien se encuentre frente a otro dispositivo. Era una maravilla, por su carácter de lo nuevo y porque visiblemente serviría para acortar distancias reales. Sin embargo, su uso era aún limitado, no todos podían acceder a este servicio debido al costo que demandaba tener un ordenador o acceder a la red.

No obstante, ya encontrándonos en el siglo XXI, observamos que es extraordinariamente inusual que exista un lugar que no tenga conexión a internet. En su lugar, probablemente en un futuro hallemos la propuesta radical o el surgimiento —si es que ya no existe— de los antitecnología.

Gente que no está de acuerdo con esta promesa de universalización debido a que se servirán de argumentos como: no hay encuentro o contacto real o se está perdiendo lo humano.

El fácil acceso no garantiza nada

Por supuesto, como se ha expuesto, el fácil acceso a la información no garantiza nada. Tenemos todo lo contrario, es decir, abundante información y menor educación. Quizá esto se deba a la preponderancia de información vana y superflua o a la ausencia de un correcta búsqueda. Sea cual sea el caso, el resultado es una sociedad menos comprometida consigo misma, es decir, una sociedad relajada.

También es posible pensar que el tener todo al alcance de la mano o al alcance de un click crea seres que tienden esforzarse menos. Años antes de la pandemia, ya existía la posiblidad de compra virtual; sin embargo no es hasta el desencadenamiento de la COVID-19 que las personas empezaron a utilizar este servicio de manera masiva. Es evidente e innegable, que en un contexto de pandemia, esto fue una solución; sin embargo, hoy en día este ejercicio parece teñir den aura medio oscura, a pesar del tiempo que ahorra, suprimimos el intercambio real o físico que implica el comprar.

Otro punto importante en cuestión es que si bien la virtualidad ha aparecido para potenciar el trabajo del empleado, puesto que este realiza sus labores en la comodidad de su hogar, se debe entender que las reuniones virtuales no son iguales a las reuniones presenciales.

A pesar de que la primera ayuda a suprimir costos y mejorar tiempos, la segunda permite un mejor desarrollo del trabajo creativo. Esto puede deberse a que la creatividad es una actividad humana por excelencia y es posible que al estar entablando contacto con una computadora esta se vea mermada.

Consecuencias de la virtualidad

Lo que tenemos, entonces, son seres que cada vez establecen menos contacto con el mundo real (pensemos pues que muy pocos asisten a una biblioteca o que las reuniones de trabajo o las clases son prioritariamente virtuales). Esto, en lugar de apuntar hacia un futuro prometedor (quizá sí para el avance tecnológico), nos refiere menos humanidad.

Llegado a este punto, debiera pensarse si es que en lugar de estar conectados con todos, estamos, más bien, cada vez más solos. Con esto quiero decir, si es que para un futuro, como bien se está ya viendo ahora, las calles estarán cada vez más desoladas, ya que todo acontecerá a través de nuestras pantallas en la comodidad de nuestro hogar.

Lo cierto es que a pesar del fácil acceso a todo, no tenemos realmente a nadie a nuestro lado. O quizá sí pero no a todas las personas que tenemos en contacto en Instagram o Facebook. ¿Acaso esto no es una demanda para preocuparnos más por quienes nos acompañan en casa? Dejémos el celular a un lado para cenar y contemplar el rostro del otro ser humano que siempre hemos tenido a lado, pero que seguramente, luego de haber leído todo esto, seremos más conscientes de su extrañeza y verosimilitud.

Conclusiones

La soledad en un mundo interconectado es una problemática real, es un progreso disonante, que acarrea consecuencias y trastornos psicológicos (ansiedad, depresión), que podrían ser manejables si estuviéramos menos tiempo “conectados” frente a nuestras pantallas y escucháramos más a quien tenemos realmente al lado. Contrario a esto, Mark Zuckerberg prometió que para el 2030 estaría disponible la teletransportación virtual. Sobrecogedor y angustiante, ya que lo que se nos anuncia a todas voces es que ahora no seremos más que parte de nuestros objetos.

Referencias

Comentarios
Luis Ángel Flores Masías
Luis Ángel Flores Masías
La tecnología virtual es un arma de doble filo, por un lado hay grandes oportunidades y por otro el peligro de perder de vista las cosas importantes.
Yuri Alberto Velarde Bustos
Yuri Alberto Velarde Bustos
Fue una lectura agradable aunque me gustaría encontrar alguna información más técnica para entender bien la evolución de este mundo.