De una mañana dominguera a una reunión especial, los tamales peruanos cobran un protagonismo importante en nuestras mesas, demostrando una gran historia culinaria.
El tamal es un platillo al que aún no se le puede dar una atribución clara respecto a su procedencia. Lo encontramos en países como México, Honduras, España, Cuba, USA, Perú, Venezuela, cada uno con sus distintas presentaciones y elaboraciones.
Incluso dentro del mismo Perú, encontramos diversas formas de llevarlos a cabo, teniendo como resultado: humitas, tamales, chapanas, etc. Seguramente, en algún momento de nuestras vidas hemos tenido la oportunidad de degustar este riquísimo platillo. Y si no es así, les invito a leer este artículo, a ver si se animan a probarlo, lo más pronto posible.
Origen
El tamal es un alimento de origen mesoamericano entre los años 800 y 500 a.C. Se afirma que estas culturas no solo trasportaron consigo el maíz sino que también llevaron consigo platillos y formas de cocinarlos. Algunos estudios develan que su origen podría ser mexicano y que desde allí fue llevado a América Central y del Sur.
Otras teorías refieren que el tamal pudo tener su origen 100 a. C debido a las evidencias pictóricas que encontraron en el Mural de San Bartolo, Guatemala. Es debido a esto que no existe una real evidencia de la migración del producto.
No hay indicios para saber de dónde a dónde fue la migración. Para el siglo XVI, fray Bernardino de Sagahún escribe en “Historia general de las cosas de Nueva España” sobre los tamales y sobre las muchas maneras de estos que existen. En la época prehispánica, el tamal era alimento de consumo diario, así como también era usado en ceremonias, rituales, ofrendas y tumbas.
Etimología y denominaciones
La palabra tamal proviene del náhuatl tamalli, que significa envuelto. El náhuatl es una macrolengua yutonahua que se habla en México, lo cual podría explicar la procedencia de dicho insumo. A pesar de ser esta la denominación más extendida, el nombre tamal puede ser reemplazo según la región.
Encontramos así, por ejemplo, que si bien tanto en México como en Argentina, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Panamá y Colombia se le denomina tamal; en Venezuela, recibe el nombre de Hayaca, al igual que en la región oriental de Cuba. En República Dominicana se le llama pasteles en hoja. En tanto en Bolivia y Perú recibe el nombre de tamal (hecho a base de maíz, preparado salado) y humita en las regiones andinas (preparado dulce o salado).
En el Perú
El origen del tamal peruano puede deberse a las ya existentes humitas en las zonas andinas desde épocas anteriores a la llegada de los europeos y también, como refiere en unas de sus investigaciones el diario El Comercio, debido a variantes introducidas por los esclavos. Y los investigadores más osados refieren que el tamal fue llevado al Perú por esclavos africanos.
Para el siglo XIX, Juan de Arona acepta el término tamal como un peruanismo, atribuyendo el origen de este término a la voz mexicana “tenamaxtl”. Además, se refirió al tamal en Lima como “una pasta, masa o bollo de harina de maíz aderezada con manteca del puerco, carne etc.
El mismo Juan de Arona afirma que el tamal era envuelto en hojas de plátano y que era vendido por tamaleros o vendedores ambulantes en burro que lanzaban el conocido pregón:
Tamales, para aliviar los males: Además, también se vendían en las mesitas de Nochebuena, que se armaban en la plaza mayor de Lima en horas de la tarde.
Preparación
Existen diversas formas de pre pararlo, estando entre las más comunes su elaboración generalmente a base de masa de maíz relleno de carnes, vegetales, chiles, salsa, etc.
Además, para su comercialización es envuelto en hojas vegetales como las de la panca de choclo, del plátano, del aguacate, entre otras habiendo sido cocidas en agua o vapor.
Especialidades
Entre las variedades de tamales peruanos, destacan:
- Tamal chinchano: Harina de maíz blanco molido en batán, ají panca y amarillo, relleno de papada y carne de cerdo además de huevo duro y aceitunas; se envuelve en hojas de plátano haciendo una forma cuadrada.
- Tamal cajamarquino: Harina de maíz, ají colorado amasados con caldo de gallina; se rellenan de carne de cerdo y se envuelven en hojas de maíz o plátano.
- Tamal criollo: Se elaboran de una masa de mote con ají colorado; rellenos con carne de cerdo y envueltos en hojas de plátano.
- Tamal de Supe: Harina de maíz, ají colorado, relleno de pollo, envuelto en hojas de plátano en forma rectangular. El tamal de Supe es envasado en latas y exportado a Chile.
- Tamal serrano: Con base en mote de maíz blanco, manteca y sal; se rellena con carne de res y se envuelve con pancas.
- Tamal verde o Tamalitos verdes: Provienen de la región Piura; a la harina de maíz se le añade culantro y con esto adquiere su color y aroma característico; no llevan relleno; suelen ser acompañante del Seco de cabrito.
- Tamal de quinua: Se prepara con base en quinua en vez de maíz.
Aporte Nutricional
Un tamal de pollo de 70 gramos contiene 126 calorías mientas una porción de tamal de carne de 70 gramos contiene 141 calorías. El tamal es un alimento rico en vitamina B1, la cual sirve para regularizar la digestión del organismo. Además, presenta carbohidratos, los cuales se transforman en una fuente básica de energía para el organismo.
El contenido de ácitamalesdo fólico hace que sea un alimento sugerido para mujeres embarazadas porque ayuda a la producción de glóbulos rojos. Así también, por su alto contenido calórico se le recomienda a personas con una gran actividad física; sin embargo, no es recomendable su consumo en exceso, pues podría provocar problemas cardiovasculares.
Conclusión
El tamal es una muestra más de la gran variedad y diversidad de culturas. En este sentido, ha resultado interesante encontrar esta marcada variedad en nuestro país. Pues, mientras que en otros lugares se le reconoce en todos lados como tamal, en el Perú, identificamos las diferencias, dándole importancia a la elaboración única de cada producto.
Así pues, para nosotros parece ser lo diverso un tema indiscutible dentro del día a día peruano. Y así sea en una mañana dominguera o con un cafecito durante el lonche, los peruanos de esta época seguiremos consumiendo tamales buscando, de alguna forma, aliviar todos nuestros males.