Era de la Ira, lo que nos deja la COVID-19  

¿Enojados, furiosos o estamos más bien deprimidos? El golpe ha sido nefasto, en estos tiempos pandémicos, nos hemos dado contra la pared al constatar que la muerte siempre ha estado rondando muy cerca de nosotros.
Publicado el 21/07/2022 a las 12:27

¿Enojados, furiosos o estamos más bien deprimidos?

El golpe ha sido nefasto, en estos tiempos pandémicos, nos hemos dado contra la pared al constatar que la muerte siempre ha estado rondando muy cerca de nosotros. Bienvenidos al siglo XXI, época del superviviente siempre adolorido, que resiste y padece internamente un dolor muy fuerte, porque seguramente ha perdido a alguien o algo y está enojado o deprimido… ya veremos

Primeras concepciones

La ira es una emoción que se puede expresar por medio del resentimiento o la irritabilidad. Este es un afecto fundamental o una respuesta emocional y adaptativa, sin embargo ya los antiguos griegos predicaban lo importante que es hacer dominio de esta.

Los psicoterapeutas refieren que el enojo es un estado afectivo que puede llevar a pensamientos de culpa y a desarrollar una tendencia hacia el comportamiento agresivo.

Cegados por la cólera

Insultos, agravios, violencia, es lo que observamos que acontece día a día. Estamos expuestos a un estrés constante y respondemos a él como animal que se defiende. Ya no hay espacio para la reflexión, solo para la actuación. Solo avanzamos… ¿pero hacia dónde?

La pérdida de sentido

¿Hacia dónde nos dirigimos? Queremos un buen trabajo, lo obtenemos y no estamos conformes. En seguida, buscamos hacernos de un negocio propio y tampoco nos sentimos a gusto. Un departamento, un auto, una casa, una familia, no, nada, nada nos satisface. Siempre necesitamos algo más.

Pero por qué. El ser humano se caracteriza por ser un ser en falta, siempre necesita algo, es decir, en nosotros prevalece la insatisfacción: siempre estamos en búsqueda de algo y eso es lo que nos hace estar en movimiento, eso es lo que nos mantiene vivos. Pero ¿hacia dónde nos dirigimos?

Lo real es la desorientación. Hemos perdido la brújula, estamos buscando el sentido, según refiere Albert Camus el suicidio (un tema muy tabú en una sociedad como la nuestra) sucede en solo quien se ha preguntado antes por el sentido de la vida. Esto nos lleva a pensar que quizá somos sociedades desorientadas que se están empezando a preguntar más por el qué hacemos aquí y hacia dónde nos dirigimos. He allí la depresión, la molestia, etc.

¿Enojados o deprimidos?

Considero que estamos profundamente tristes pero que reaccionamos de diversas maneras ya sea con furia o con llanto. Podemos ser un Aquiles vengando la muerte de Patroclo, pero también padecer ante la muerte de un padre como Hamlet. Al parecer, el núcleo es la pérdida o el vacío que experimentamos.

Es decir, quien en estos tiempos no ha sentido la muerte tan de cerca. Byung-Chul Han, diría que lo que aterroriza del acontecimiento de la muerte es que la muerte siempre lo toca a uno.

En este sentido, John Donne, tenía razón cuando decía: «Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquier me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca, preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti».

Conclusiones

¿Furiosos o profundamente tristes? Este es el siglo XXI, la época del vacío, ya nada nos satisface. Vivimos buscando, pero ¡qué! ¿Hacia dónde nos dirigimos?, esa es la pregunta.

Quizá sea tiempo de darnos un espacio para reflexionar o de buscar un espacio para pensar, para hacer una pausa no propia de esta sociedad que se mueve a mil por hora, pero que ciertamente demanda con urgencia detenerse y dedicar un tiempo a cultivar la introspección.

Bibliografía recomendada

Comentarios
Jessenia Lorian Novella Moreyra
Jessenia Lorian Novella Moreyra
Si fuera la ira de Hulk me gustaría :D
Colet Miluska Castro Zorrilla
Colet Miluska Castro Zorrilla
Hace casi 400 años el poeta George Wither escribía: «Entonces, cuando nuestra enfermedad y nuestra pobreza tenían más necesidades de las que podíamos suplir, las órdenes estrictas enfurecieron más nuestro dolor y obstaculizaron el logro de alivio.