Cada 22 de noviembre, celebramos el día del músico. Este es un día para agradecer a quienes mejor captaron nuestras emociones y las transforman en un mágico poema con sonido. Seres que merecen de por sí vida eterna pues ellos son quienes inmortalizan su nombre al componer una canción.

¿Y es que a quién no le gusta la música? Hay para todos. Y detrás de esas creaciones están los músicos. Así que a pensar más en ellos, en su talento y sabiduría que saber transmitir el instante de lo sentido…
Origen e historia
Cada 22 de noviembre se conmemora la muerte de Santa Cecilia de Roma, patrona de los músicos. Ella fue una mártir cristiana a la que se le atribuye el uso del arpa y otros instrumentos. Es debido a esto que se le reconoce como la patrona de la música.

Las primeras celebraciones de este día surgieron en Edimburgo en 1965, uniéndose Alemania y España. Para el año 1919, se integró a la celebración América Latina. Existen algunas casualidades, ya que si bien el día del músico se celebra en noviembre, el día de la música se celebra el 1 de octubre.
Géneros musicales
Resulta difícil encontrar a alguien a quién no le guste la música, ya que contamos con diversos géneros musicales, como: música clásica, jazz, blues, góspel, pop, rock & roll, pop, disco, techno, country, reggae, flamenco, salsa, reggaetón, hip/hop, entre otros. ¡Con tanta variedad, cómo decirle que no a la música!

En honor a nuestro músicos
El mejor homenaje que podemos hacerle a nuestros músicos es escuchar su música. Sentirnos agradecidos por su talento y brillantez musical. ¿Quién no ha sentido que los momentos más importantes de su vida han sido acompañados por canciones? ¿Acaso un matrimonio o un nuevo amor? O también durante horas laborales o mientras nos transportamos rumbo al trabajo.

Conclusiones
La música es poesía y los músicos hacen de nuestra vida un poco más poética. Admirados y queridos por nosotros, solo queremos seguir oyendo a nuestros músicos favoritos. Así que a darle un poco más de sentido a la vida, de esa música que nos hace salir de lo terrenal para casi casi tocar lo divino.

