eMarket, la organización en la que colaboro, tiene una línea de papelería, por lo cual, en este artículo me propuse acercarme a los escritores nóveles.
Siendo mi caso el de un escritor con cierta experiencia, tengo la intención de compartir algunos consejos con ustedes, pero no hablamos de los consejos típicos, sino más bien se trata de algunos que no son apreciados de manera directa. Si bien este documento puede constituirse como un artículo para principiantes, también está diseñado para escritores con más experiencia.
(1) Nutrición
El consejo más básico y tóxico a la vez es: lee libros, novelas, comics y mira series o películas, en cantidad. Es que debes iniciar nutriéndote de las obras de otros autores más experimentados. Cada material tiene un enfoque particular y es muy importante evidenciarlo para luego poder seguirlo, aunque este consejo pudiera constituirse como el más irrelevante de todos los tiempos.
¿Por qué? Bueno, pues porque realmente no importará si contemplas una obra maestra con la actitud de una persona petulante y presuntuosa ya que anulará tu capacidad de apreciarla de corazón.
En adición, hay otro argumento adicional a tomar en cuenta y es que esta faceta podría convertirse en la más inservible: resulta que todo lo que has aprendido y leído, todas esas grandiosas experiencias, son todo lo que no debes escribir igual, puesto que estarías incurriendo en plagio.
Pese a todo, nunca olvides que en la medida en que uno se siga nutriendo de información e ideas, potenciará sus capacidades para mejorar. Así mismo, puedes encontrar gran inspiración en las obras ajenas, la biología e incluso en la historia universal.
(2) Toma Cursos
Este punto es relevante, ya sean cursos presenciales u online, incluyendo blogs y videos. Por mucho que tengas la capacidad de aprender tu solo recuerda que siempre debes buscar una guía profesional para mejorar. Dependiendo de lo que busques escribir, es que deberá variar el grado de tu educación.
Por ejemplo: no he tomado una carrera de literatura, pero sí he tomado cursos de escritura que duran un mes, además, soy autodidacta y he visto detenidamente la estructura y el desarrollo de los comics, además de otras formas de arte y la biología.
Si bien los profesores tienen muchas experiencias valiosas que darnos, no siempre son la solución y tienden a estar ocupados con numerosos estudiantes. Uno a veces debe aprender de la vida misma e investigar, buscar experiencias y lecciones del mundo real. Es por ello que muchas obras llegan a ser infantiles, porque hablan de lecciones falsas o que no se aplican.
Las verdaderas lecciones de la vida son más oscuras o grises, ya que vienen de experiencias reales. Por ejemplo: a veces puedes ser un buen hijo, amigo o estudiante, pero no significa que seas un buen esposo o padre; y estas dos caras no son falsas o niegas a las otras. Aun así, debemos valorar cada gota de información y cada fuente como si fuera especial, debido a que ahí va otro punto para aprender. Todo escritor debe tomar como mínimo un par de cursos con maestros, incluso si no le funcionan.
(3) Toma Notas
Este es el punto más relevante, siempre debemos anotar todo. Anota inmediatamente cualquier idea que se te venga a la mente, ya sea en papel, en el blog de notas o en Word. La información es la clave, por lo cual debemos registrar todo lo que consideremos relevante o nos conmueva el corazón.
Esta sección es evidente, pero se trata de algo más que solo información y sugerencias de otros. Innumerables veces he visto series donde hay personajes secundarios o terciarios que son sumamente carismáticos y con grandes diseños, pero hacen muy poco en la trama.
¡¿Por qué no los usan más?! He ahí la cuestión, y evidencia la ingenuidad del escritor novato: busca que tomar inspiración de ese personaje que nadie usa. Muchas veces hay potencial escondido en obras ajenas, ideas y conceptos fascinantes que no se usan.
(4) La Crítica
Es el paso más difícil de todos en la lista. No hay nada más difícil que escuchar una crítica. Hacerles caso a las críticas puede ser difícil para los novatos y quizás intenten protegerse con variadas excusas. Mi labor como crítico consiste en apreciar y destruir obras ajenas, lo cual es importante porque está orientada a exigir lo mejor de los escritores y evidenciar las posibilidades de mejora.
Ya sea como escritor, debo decir que soy de los más críticos ante mis propias obras. Multiples veces soy el primero en notar mis propios defectos, mientras estoy rodeado de halagos, y eso lleva a otro punto, y es que a veces es dañino solo oír las opiniones positivas, ya que dichas personas podrían no ser expertos en los géneros o puede que te hagan conformarte con el producto obtenido hasta ese momento.
Un escritor siempre debe buscar la auto-superación y en busca por nuevos errores en sus proyectos. Así mismo, los autores tienen cierta faceta de artista, y obedeciendo a ello, tienen que estar abiertos a nuevas ideas constantemente. Pese a todo, una última nota: a veces varía el género y el público.
Puede que un autor tenga más habilidad para escribir historias de género infantil, lo cual no es malo. Toda obra y todo público es aceptable, además que debemos aprender a reconocer nuestras limitaciones e intentar enfocarnos en nuestras fortalezas.
(5) ¡Quémalo todo!
Esto forma parte de la crítica, uno debe estar decidido a mandar a la papelera reciclaje todo lo que has escrito. Es un paso difícil, pero puede generar catarsis. No debes dudar en empezar de nuevo, en volver a escribir algo nuevo, e incluso en transformar fragmentos de tu anterior obra en algo nuevo.
Personalmente, he reescrito el primer capítulo de mi primera obra más de cien veces. Así mismo, he reinventado el propio universo ficticio al menos cinco veces.
(6) La Perfección
Ningún deportista se vuelve el mejor por suerte o haciendo ejercicio casualmente, sino que busca superar sus límites y ser el mejor de todos. Lo mismo aplica en todos los aspectos de la vida, y es que resulta muy difícil volverte el mejor por pura suerte.
Para ser los mejores debemos establecernos una meta y objetivos intermedios para alcanzarla, aplicando siempre todas nuestras fuerzas y emociones en busca de mejorar y perfeccionar cada detalle mínimo. No puedes desperdiciar o descuidar a ningún personaje o recurso disponible.
Resulta ciertamente irónico que intentemos lograr una obra “perfecta”, ya que es algo inexistente e imposible… aunque este intento resulte lo romántico y apasionante de esta ocupación. Ese es el camino de la perfección. Un escritor puro debe aspirar a lograr una obra maestra, si bien puede impulsarlo inicialmente la fama y el dinero, eventualmente tendrá que abandonar.
Eventualmente su obra será su hijo y empezará a desarrollar cariño. Un escritor puro se va desligando de las pasiones terrenales para abrazar tu lado competitivo. La competitividad y la búsqueda de la perfección es lo que nos ha permitido avanzar a través de la historia, aunque debemos recordar que también puede corrompernos y destruirnos.
(7) La Mesura y El Descanso
Tomando como nota lo anterior, hay que saber detenerse. Una obra requiere saber cuándo parar, porque nuestra obsesión y la sed por logros nos pueden destruir. Edgar Allan Poe y Van Gogh fueron dos grandes artistas de la historia, pero murieron de forma miserable. Ambos representan la pasión por el arte que dejó de lado la búsqueda de un reconocimiento.
La búsqueda de la perfección y la competitividad pueden resultar tóxicos. Se hace necesario un equilibrio en la vida. Un escritor verdadero no plagia o destruye a sus competidores. Más bien deben aprender de ellos para volverse mejores. Los descansos también ayudan a aclarar la mente, buscar más inspiración y obtener mejor perspectiva.
Personalmente, debo confesar que mi sed de escribir es insaciable, y he experimentado momentos intensos con fuertes bloqueos ante lo cual un buen consejo es enfocarse en escribir más obras en otros géneros o contextos, con lo cual adquirimos una perspectiva diferente y alcanzamos un desahogue de nuestras ideas.
(8) Tiempo y Madurez
Muchos hablan sobre la paciencia al escribir y ciertamente tienen algo de razón, aunque por mi lado no comparto plenamente con ese concepto tan simplista, por lo cual prefiero enfocar este punto de manera particular tomando en cuenta: el tiempo y la madurez.
Un autor tiene que tomarse su tiempo para crecer como escritor, así como para madurar como persona. Empecé a escribir en la secundaria y, desde entonces, tanto mi escritura como los objetivos que me he planteado han evolucionado enormemente. Antes buscaba solo excusas para aventuras vacías, peleas y para que mis protagonistas presumieran su poder, sin decir que a todos les encantaba.
Hay niños y adolescentes que son escritores genios de nacimiento, pero uno debe sacarse de la cabeza la idea de que es uno de ellos. Cada escritor necesitará tiempo y tendrá que esforzarse día a día, trabajar con ahínco y hasta empezar a enloquecer por las presiones que se dan ante la exigencia de lograr una creación apreciable. Es así como uno empieza a valorar el trabajo duro, madura y empieza a dejar de idealizar a personajes que nacen fuertes y perfectos, pasando a apreciar las décadas de trabajo duro sin reconocimiento en busca de un producto de calidad.
Además de lo antes mencionado respecto al esfuerzo y al crecimiento personal, debo comentar acerca de un rasgo importante correspondiente a los escritores de corazón: ellos son quienes van a trabajar o realizar alguna actividad que no sea escribir, pero no paran de generar nuevas ideas y no pueden contener las ganas de plasmarlas en un texto. Esas personas ya están atadas a la pluma y al teclado. Si no paras de imaginar escenas o nuevas ideas en todo el tiempo, es porque estas encarnando la creatividad pura, no solo escribes alguna idea de relleno, sino que la creatividad es tu naturaleza.
(9) Identidad
Esto se liga a la madurez para escribir una obra. El autor tiene que saber quién es y en qué quiere convertirse en el futuro. Algo que suele suceder en las historias son los Gary Stu y Mary Sue (protagonistas perfectos), y su origen puede explicarse por la falta de madurez del autor y/o por la carencia de una especialización del personaje, debido a que el autor no ha definido sus virtudes.
Un autor tiene que definir sus gustos, así como los aspectos en los que se especializará, para que de esa forma pueda ser capaz de gestionar la transmisión de su pasión real a la obra, dándole vida. No importa lo insignificante que sea, puede constituirse en el material base de algo sumamente raro pero interesante. A lo largo de los años he podido contemplar obras de todo tipo de temas como eje: ciencia, construcción, dulces, videojuegos, figuras coleccionables, ejercicios, etc. El hecho de ser algo tan raro y poco común o por no constituirse en mi mayor interés es lo que las hace sumamente fascinantes, y es información que nunca he conocido pero que me llevarán a aprender más.
(10) Controlando al Ego
Ligado a la identidad y a la voluntad de crear personajes perfectos, es que encontraremos al ego (el exceso de autoestima). La arrogancia de un autor es uno de sus mayores desaciertos, y Masashi Kishimoto, autor de Naruto, es un excelente ejemplo.
El prestigio de Kishimoto lo hizo creer ciegamente que todas sus ideas eran perfectas y correctas, por lo que no necesitaba un editor o la opinión de aquellos le resultaba insignificante.
El resultado fue evidente: Naruto Shippuden acabó de forma forzada y con villanos aleatorios, recurrió a la inclusión de alienígenas en su obra de ninjas, la predecible cancelación de Samurai 8 y derivó también en el declive y decadencia de Boruto: Naruto Next Generations (pese a ser una obra mensual, y a contar con tres personas involucradas en la creación, además de incluir a Kishimoto como supervisor).
Kishimoto hizo historia y nos demostró, en plena gloria, que los autores son humanos, y que sus logros o prestigios ganados no garantizan que las siguientes obras sean exitosas y hasta que ellas pueden caer al nivel de la irrelevancia. Un autor debe demostrar que es el mejor no por el pasado, sino que debe esforzarse, tratar de superarse y debe probar que es el mejor cada día en su carrera.
La vanidad y la arrogancia son un veneno contra el que un autor reconocido siempre debe luchar. El veneno más dulce y agradable de todos.
Siguiendo el hilo del tema, un artista a veces podría ser arrogante, pero de manera pasiva. Tomando nuevamente a Kishimoto con otro ejemplo: se obsesionó con el clan Uchiha.
La principal habilidad de este clan era el copiar otros jutsus, pero sus propias técnicas secretas también eran sumamente poderosas, sin decir que siempre sacaba un trasfondo más épico y ayudaba a Sasuke de forma inhumana. Literalmente, había técnicas que alteraban la realidad y había un tipo con un brazo lleno de ojos de sharingan, desnudando así la obvia la obsesión del autor.
Otro aspecto es que, si bien Naruto inició como un protagonista que era un perdedor que debía alcanzar sus logros con elevado esfuerzo, con el tiempo se fue revelando su gran linaje Uzumaki y que era hijo del Cuarto Hokage, su control del Kyubi, sus poderes cada vez más poderosos y por último, que era la reencarnación del hijo del Sabio de los Seis Caminos.
En contraposición, tenemos varios personajes secundarios que, aunque con más esfuerzo desarrollado que Naruto y con habilidades supremamente interesantes, como Maito Guy y Rock Lee, estuvieron relegados a jamás lucirse, sobre todo en las batallas finales.
(11) Practicar
Este punto es evidente. Debes practicar para ser mejor. Ahora, un consejo real: intenta escribir sobre temas que te apasionen porque se constituirán en un motor “natural”.
He mejorado bastante escribiendo artículos en eMarket sobre las series que más me gustan, y asimismo, he apreciado que hay mucha gente que escribe fanfictions (historias de ficción de fanáticos sobre alguna obra) y logran una producción muy interesante.
Mi opinión de los fanfics no es la mejor, pero debo decir que es un gran ejercicio, sobre todo si te propones a no romper las reglas o la historia del universo, proponiendo historias que podrían encajar perfectamente y ocurriendo de forma paralela a la historia principal.
(12) Estilo y Ortografía
Me llena de satisfacción incluir este punto de último. La gente dice que son puntos importantes… y tienen algo de razón, pero para mí no serían las primeras en mi ranking de lo esencial. ¡¿Qué sentido tiene desarrollar cien páginas bien escritas de una novela aburrida?! Primero necesitas tener buenas ideas antes de preocuparte por cada minúsculo detalle.
Mi último consejo del tema es conseguir a alguien que te ayude a revisar la ortografía, debido a que el hecho de conocer cada oración y preocuparte por cada palabra que agregas, hará que sea difícil fijarte en la falta de comas, tildes y otras minucias.
En fin, el apoyo para cumplir con la normativa y mantener el estilo puede conseguirse con cierta facilidad, pero encontrar ayuda para la creación resultaría ciertamente escaso.
Así mismo, hay que recordar el propio “estilo”. ¿Qué es el “estilo”? Es la forma en la cual narras las cosas, desde la forma en que escribes y describes hasta el orden de cómo vas narrando los sucesos.
Encontrar tu estilo de escritura es muy complicado y se desarrolla sin que te des cuenta. Así que te recomiendo solo ir escribir y reescribir muchas veces para ir definiendo esto, además de trabajar y conversar con alguien que te supervise la ortografía.