La música, esa maravillosa manifestación de combinaciones de sonidos y notas, tiene la facultad de evocar una serie de sensaciones, emociones y recuerdos, en nuestra mente. Ningún ser humano, pienso, ha sido ni es ajeno a la magia que se experimenta al oír música. Ello se debe, fundamentalmente, a que este arte siempre ha estado presente a lo largo de la historia del hombre y a su evolución.
La música
La música es una expresión tan inherente a la existencia de los seres humanos, que la escuchamos incluso, siendo no natos. Es decir, según la musicoterapia, las primeras manifestaciones de música que percibimos, son los latidos del corazón de nuestra madre, cuando estamos dentro de su vientre.
Es tanta la intensidad de este arte que, escuchar música o ejecutarla, desencadena una serie de procesos mentales y neuronales realmente sorprendentes. Por ello, es importante conocer qué tipo de beneficios nos propicia estimular nuestro cerebro, aprendiendo a tocar un instrumento musical.
Aprender
Si eres padre, y tu hijo te pide que le compres un instrumento, o si eres de las personas que siempre han deseado aprender a tocar o leer música, la mejor decisión que puedes tomar en este caso es hacerlo. Todos hemos visto, en persona o por televisión, a alguien tocar un instrumento a la perfección.
Somos conscientes de que realizar ese ejercicio no es sencillo, y que los músicos se han pasado horas y horas practicando los movimientos adecuados para una ejecución musical correcta. Además, aparentemente, es una actividad pasiva que solo se reduce a leer una partitura y, al mismo tiempo, realizar movimientos con los dedos.
Beneficios
Sin embargo, estudios realizados por neurocientíficos revelan que mientras los músicos tocan un instrumento, se activan diversas áreas en su cerebro, y demostraron que ejecutar música es, prácticamente, ejercitar nuestro cerebro. Es decir, mientras se realiza esta actividad, se encienden varias áreas cerebrales a la misma vez, principalmente, las cortezas visuales, auditivas y motrices.
Esta acción exige motricidad fina (movimientos precisos), que es controlada desde ambos hemisferios cerebrales. También, se combinan aspectos del lenguaje y las matemáticas (hemisferio izquierdo), con la creatividad (hemisferio derecho).
Tocar música permite aumentar el volumen y la actividad del cuerpo calloso, y éste le sirve al cerebro como mediador para unir los dos hemisferios, con la finalidad de que la información llegué con mayor velocidad entre ambos.
La memoria
Un músico podría tener la facultad de resolver problemas de forma precisa y creativa en distintos ámbitos en los que se encuentre, además, frecuentemente, presentan un mejor funcionamiento de la memoria. Poseen la facultad de almacenar información y evocar recuerdos e información, de manera mucho más rápida y efectiva. Por este motivo, hay neuropsicólogos que, con la finalidad de fortalecer aspectos lingüísticos y estimular la memoria, sugieren la música como terapia neuropsicológica.
Asimismo, permite desarrollar la psicomotricidad mediante el ejercicio preciso y los movimientos dactilares al momento de ejecutar un instrumento como la guitarra o el piano.
Aparte, de propiciar una mayor facilidad para aprender nuevos estímulos sonoros de otro lenguaje, podríamos afirmar que leer una partitura, también es leer un idioma nuevo y totalmente distinto, con un sistema de indicaciones y de símbolos propios.
En efecto, podría facilitar el aprendizaje de otro idioma en niños, si es que se estimula en la infancia. De la misma manera, estimula la concentración y el pensamiento matemático, ya que para asimilar e interpretar el tempo y ritmo de una pieza musical, es necesario utilizar el pensamiento lógico.
Creatividad
El tener un instrumento en nuestras manos, es una excelente oportunidad para crear notas musicales y combinarlas unas con otras, también, para sensibilizarnos con lo que vamos experimentando. Es quizás, una de las mejores formas para propiciar y estimular nuestra creatividad, lo que nos permite, si es que nos encontramos en algún problema, tener una mente abierta a cientos de soluciones para resolverlo.
El proceso es largo, pero nos enseña a ser pacientes y perseverantes, ya que el camino puede ser largo, sobre todo, si no existe orden y disciplina para practicar. Por otro lado, si tuviste un mal día en el colegio o en el trabajo, llega a tu casa y ponte a tocar, ya que también esta actividad reduce los niveles de estrés.
Conclusión
Entonces, ¿podemos llegar a la conclusión de que los músicos son más inteligentes a comparación de los que no lo son? Los que tocamos varios instrumentos desearíamos que sea así, pero, no. Todos poseemos las mismas capacidades cognitivas, sólo que quienes tocan instrumentos musicales, presentan mejoras en algunas áreas cerebrales, en relación a otros. Para los que quieren pero que aún no se animan por completo a enrumbar la fabulosa travesía de aprender a tocar un instrumento, hágalo.
La música nos permite experimentar sensaciones indescriptibles, como recordar nuestra infancia, sonidos, personas o situaciones agradables, sobre todo, ayuda a mejorar algunos aspectos que nos son útiles en nuestra vida cotidiana, especialmente en el ámbito académico y laboral. Con esta práctica, activamos procesos cognitivos, sobre todo, ejercitamos y estimulamos nuestro cerebro.