Es muy difícil resumir esta obra maestra en un solo artículo, es tal su calidad que parece titánico e imposible que sus propios creadores puedan superarla.
Al inicio, me atrajo por lo vistoso de su diseño y premisa, pero con el tiempo le fue fácil ganarse mi corazón y mostrarme una historia profunda pero fácil de entender.
La primera vez que lo vi, tenía la edad de muchos de sus carismáticos personajes (alrededor de 12 años), fue sus batallas magníficas y aventuras apasionadas que me motivaron a querer escribir y dibujar alguna historia tan como la que vivieron. Con este artículo veo que los años no han podido afectar su calidad y belleza, solo me han devuelto las ganas y la pasión por escribir algo tan genial, emocionante y bello como la historia del Avatar Aang y sus amigos. ¿Quieres verla?
Detrás de
Avatar: The Last Airbender (El Último Maestro Aire) fue creada por Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko, y con Aaron Ehasz, como escritor principal. Se emitió en Nickelodeon durante tres temporadas, desde febrero de 2005 hasta julio de 2008. Actualmente puedes encontrar la serie y su secuela, La Leyenda de Korra, disponibles en Netflix.
Pese a ser una producción estadounidense, la obra tiene una animación inspirada en el estilo anime y también en el estilo de pinturas tradicionales de China y otras culturas de Asia.
Sus animaciones eran de un nivel elevado para la época y un contenido muy diferente en la programación del canal, llegando a convertirse en un soplo de aire fresco para los jóvenes, para más adelante, establecerse como una serie icónica.
Su banda sonora está inmersa en la cultura asiática, incluyendo el uso de instrumentos chinos y haciendo memorable la obra, predominando las flautas y tamborileos relajante con ritmos sencillos que hasta unos niños pueden tocar sin dificultad, y que recuerdan a la cultura de los Nómadas Aire.
También es común la participación de imponentes tubas acompañadas de enormes tambores, que acompañan a la imponente, temible y conquistadora Nación del Fuego, además de los peligrosos miembros de la realeza como Zuko y Azula.
Otro gran recurso es la integración de coros religiosos y místicos cuando se trata de los espíritus o del Avatar, resaltando los planos físicos y espirituales al que pertenece, acompañar al culto sagrado con el que se le asocia, a la paz, a la inmortalidad, a la infinidad de vidas que ha experimentado, así como a la resonancia en su poder, a la par de su maestría total de los elementos.
Las referencias asiáticas tampoco terminan ahí, ya que el concepto del Avatar y los espíritus está inspirado en la mitología hindú, en el budismo, y en la reencarnación. Las cuatro naciones también llegan a inspirarse en la cultura, edificaciones y hasta en algunas etnias de Asia.
Argumento
La serie está ambientada en un mundo donde la civilización humana consta de 4 naciones, nombradas por los cuatro elementos: las Tribus del Agua, el Reino Tierra, la Nación del Fuego y los Nómadas del Aire. En cada nación existe gente que nace con una afinidad propia de un elemento sobre el que pueden influir y dominar, a través de la aplicación de un estilo de arte marcial, siendo estos llamados “Maestros”.
Pero entre todos los ciudadanos del mundo nace una persona capaz de dominar los cuatro elementos, el Avatar. Es una entidad internacional cuyo deber es mantener la armonía entre las cuatro naciones y actuar como mediador entre los humanos y los espíritus.
Cuando el Avatar muere, su espíritu se reencarna en un nuevo cuerpo, que nacerá de padres en la próxima nación en un orden establecido conocido como el ciclo Avatar: Nación del Fuego, Nómadas Aire, Tribu Agua, y luego Reino Tierra. Por tradición, un nuevo Avatar viajará por el mundo para aprender y dominar los cuatro elementos, después de lo cual comenzará en serio su papel de pacificador global.
Lamentablemente, todo cambió cuando la Nación del Fuego inició una guerra global para conquistar el mundo, hecho que coincidió con la desaparición inexplicable del mismo Avatar a quien no se lo ha visto en más de cien años.
Personajes
Aang: El último nómada aire y el Avatar. Con apenas 12 años (112 biológicamente), lleva la enorme responsabilidad proteger y restaurar el mundo, una gran carga sobre sus hombros que le aterra y abruma, pero que debe asumir y cumplir como el más joven Avatar de todos los tiempos.
Es bastante infantil, juguetón e inmaduro, aunque tiene cierta calma y sabiduría por su educación como un monje pacifista, además de ser vegetariano. Dominar los 4 elementos y el Estado Avatar son su meta, junto a detener la guerra de los cien años, pero dicho objetivo y la dirección apropiada se hace mucho más complejo y filosófico con el pasar de cada capítulo y temporada, debido a su conexión con las cuatro naciones junto al uso apropiado de la violencia y las dificultades para poner fin al conflicto final.
Katara: La única maestra agua de la Tribu Agua del Sur. Es una joven de 14 años que desea dominar su poder y recorrer el mundo. Al encontrar al nómada aire ve una oportunidad de cumplir su meta y una esperanza para acabar con la guerra, además de poder ir a aprender junto al Avatar en la Tribu Agua del Norte. Es bastante femenina, cálida, compasiva, cariñosa y protectora. Asume la figura maternal en el grupo, es alguien que da un gran apoyo emocional y confía en los demás, además de que llega a volverse una muy hábil Maestra Agua.
Sokka: Hermano mayor de Katara y un guerrero experto en el uso del boomerang. Al ser el varón mayor de su aldea creció con la idea y propósito de ser un líder. Es algo arrogante, controlador, machista, tonto, un poco torpe, ignorante del mundo, inmaduro y amante de los malos chistes, aunque es precavido, tiene cierta inteligencia e intenta probar ser un guerrero hábil y un líder responsable.
Su largo viaje lo hace crecer de forma lenta, volviéndolo más experimentado, conocedor, calmado y serio, en un gran estratega, un guerrero tenaz y un gran espadachín.
Zuko: Príncipe de la Nación del Fuego, desheredado y exiliado por su propio padre. Quedó marcado con una cicatriz que éste le hizo. Es un adolescente fuerte, cruel, fiel a su palabra y algo impaciente, que está en la incesante misión por capturar al Avatar para recuperar su honor, título y amor de su padre.
Iroh: Apodado “El Dragón del Oeste”, general retirado, tío de Zuko, hermano del Señor del Fuego, original heredero del trono y conocido por su gran ataque fallido a Ba Sing Se.
Es un anciano veterano que goza de la sabiduría por las experiencias vividas, bastante paciente, amable, cariñoso y comprensivo con todo el mundo, pero muy perezoso, glotón, amante del té y los juegos de mesa. Hace de mentor y figura paterna de su sobrino, a quien acompaña por voluntad propia en su viaje de exilio.
Experiencia
La serie se divide en tres temporadas titulados “Libros”: Agua, Tierra y Fuego. Cada uno es un largo viaje y aventura de Aang por encontrar un maestro que le enseñe a dominar el respectivo elemento, al mismo tiempo que es su deber ayudar a los demás en un mundo afectado por la guerra. La historia de Aang es un clásico “Viaje del Héroe”, pero es único y diferente al mismo tiempo, en demasiados sentidos.
El Avatar no es solo un elegido, es una entidad que ya salvó al mundo miles de veces antes y seguirá haciéndolo en sus próximas vidas. Es una mezcla entre culturas, creencias y filosofías, con una premisa heroica humanizada, siendo no un simple guerrero todopoderoso, sino también alguien con una conexión total con las cuatro naciones y siéndole imposible estar por encima de otros o que una nación lo acapare para su uso, al siempre morir y reencarnar.
Su propia inmortalidad basada en la permanente reencarnación es algo hermoso y fantástico, ya que en cada encarnación es una persona completamente diferente que pasa años aprendiendo su labor, con una historia que contar y su muerte o fracaso en su labor nunca serán el fin del mundo.
Pese a todo lo dicho, el caso de Aang es una historia diferente: es el Avatar más joven de la historia, con apenas 12 años tiene la obligación de restaurar el balance del mundo, una responsabilidad enorme para un niño. Su misión consiste en aprender los cuatro elementos más rápido que ninguno de sus predecesores, para luego poder enfrentarse a una nación entera que por más de cien años ha buscado conquistar el mundo. Es el último Nómada Aire, perdió su hogar, su gente y su cultura fue exterminada, está completamente solo y si muere el ciclo del Avatar acabará para siempre.
Pese a todo lo épico y monumental de la aventura, hay gran profundidad y filosóficos en la misma: no se trata solo héroes y villanos, sino que todos son personas. Así como Los enemigos de Aang son humanos, y él fue y será parte de la Nación del Fuego, por ello el confrontarlos y como acabar la guerra es algo muy importante que también se liga a un ciclo de violencia.
Aang fue criado en una cultura pacifista, usa un elemento que se centra en la evasión y es vegetariano, por lo que no tiene ningún interés en dañar o quitar vidas ni siquiera para comer. Su conflicto interno y la forma de acabar con la guerra es algo que llega a ser una espectacular reflexión en la obra, siendo su historia algo que incluso puede verse y entenderse en la realidad por hablar de temas como el fascismo, el genocidio, el ciclo del odio y guerra interminable, además de inculcar estas cosas en los demás.
El Príncipe Zuko es la prueba y encarnación misma de todo lo anterior, un muchacho solitario inculcado bajo creencias crueles y ególatras, alguien solitario y deseoso de amor que fue injustamente castigado y desterrado por su propio padre. Su historia es la solitaria e imposible misión de capturar al escurridizo maestro del aire, el todopoderoso Avatar, para así recuperar su honor y el amor de su padre.
Zuko se enfrenta a las adversidades de capturar al más grande maestro de los elementos, gente de su propia nación e incluso a su diabólica hermana en su obsesiva persecución, rodeado de ira y frustración vive bajo una ingenua creencia de que solo así podrá ser feliz. El Avatar y Zuko son opuestos y a la vez son muy similares, ambos crecieron bajo gran presión y enormes expectativas, además de verse obligados a actuar como adultos para cumplir roles muy importantes pese a ser meros adolescentes.
Es quizás por ello que el tío Iroh es considerado de los mejores personajes tanto dentro como fuera de la serie, un veterano que estuvo en la cima de su nación y lo perdió, aprendiendo q del fracaso y la naturaleza dañina que se les ha inculcado. Pese a saber lo correcto no se impone, sino que actúa como el guía lleno de paciencia que su sobrino Zuko nunca supo que necesitaba, acompañándolo por mera voluntad en su solitario destierro y tratando de hacerlo una mejor persona.
La serie es una gran historia a la par que una aventura inolvidable, la cual va fluctuando entre sus tres temporadas. Al comienzo es solo una aventura episódica, con tres niños inmaduros que quieren vivir su infancia (como se supone que deberían) a la par que buscan definir quiénes son o lo que quieren ser y viven en un entorno hostil por la guerra. La misión de que el Avatar entrene para formar los cuatro elementos, ayudarlo a defenderse de la Nación del Fuego y a los inocentes.
La historia se puede resumir en acabar con el país enemigo, con los planes del Eclipse, las alianzas que forjan y el inevitable clímax del Cometa de Sozin, pero también cuenta con aplastantes derrotas que obligan a volver a empezar desde cero. La historia suena algo simple, pero de forma paralela las vivencias de Iroh y Zuko y, teniendo un protagonismo constante y paralelo, siendo no solo meros antagonistas, sino que viven una historia de igual calidad narrativa con otro enfoque mientras se entrelazan y conectan a los acontecimientos de Aang.
En los tres Libros llegan a pasar grandes cambios: desde dirigir una tripulación que caza al Avatar, a ser perseguidos por su propio país y vivir como mendigos, trabajar en una casa de té y crear su propio negocio, hasta incluso volver a su hogar solo para sentir que no encajan.
Zuko y Iroh son dos de los más grandes personajes de todos los tiempos, poseyendo grandes personalidades, una gran química y hermosos desarrollos, al grado de ser amados por todos los fans de la serie y llegando a merecer sus propios artículos por separados.
Al mismo tiempo, Zuko llega a ser una fuente de drama y enigma, uno llega a conocer su largo viaje y ver las grandes dudas sobre la dirección que debe tomar en su vida, sobre cuál es su destino en la vida al seguir el camino de la realeza o tan solo la idea de que puede existir otro, también la confusa guía de su tío y la perdida de esta, además la recompensa que busca por su esfuerzo y la obtención de la misma o su propia razón. Toda su historia es una gran reflexión y meditación sobre las decisiones correctas o erradas en la búsqueda de la aceptación y la felicidad, además de ser una forma de entender la propia crianza y filosofía de su propia nación.
La experiencia nunca llega a sentirse tan lineal o innecesariamente rebuscada, siendo por el contario necesario la longitud de la aventura y todos los desafíos son más que necesarios para tener una visión completa del panorama, al conocer gente del todo el mundo conocido e incluso desconocido, siendo la única forma de entender y conocer la forma correcta o apropiada de dar fin a la guerra y el enfrentamiento final contra el Señor del Fuego.
Una conclusión que nadie pudo prever, puesto que la fuerza bruta no iba a terminar la guerra y era necesario la sabiduría, la reflexión interna mediante la experiencia y la implacable búsqueda de la comprensión entre la gente de todo el mundo, siendo por ello imprescindible y hasta crucial el involucrar a Iroh y Zuko desde el comienzo de la serie, pues sus puntos de vista nos dejan entender los errores y el sufrimiento que su nación también ha pasado. Dando así una perspectiva completa para poder realmente cerrar toda la obra con broche de oro, volviendo los ideales de paz no una visión infantil y en su lugar una forma madura de hablar del conflicto.
Opiniones
La Leyenda de Aang es una serie de absoluto balance y equilibrio, es su temática y sabe implementarla: es tan simple que los niños pueden disfrutarla y que gente más madura pueda apreciar sus matices o temas complejos, todo ello mientras usa temas tan universales como el bien y el mal.
Es una gran aventura llena de maravillas en un mundo, a la par que tiene personajes jóvenes con los que se puede identificar y acompañarlos en su camino por ser más maduros y responsables, todo a la par que uno mismo aprende también lo que significa la guerra y como obtener la paz.
Es asombroso como puede ser tantas cosas a la vez sin saturarse y solo volviéndola más profundas, alzando su calidad al grado de volverla una de las mejores series animadas de todos los tiempos.
Aang es parte de la calidad de la serie, siendo interesante por tratarse de un monje que fue criado por monjes en un entorno religioso. Esto lo hace en cierto grado distinto y exótico para el espectador, pero al mismo tiempo puede llegar a identificar por su aprecio y devoción a unas costumbres que hablan de comprensión, amor y guía para ser una mejor persona. Todo esto va de la mano con ser infantil, inmaduro e irresponsable, pero siendo lógico al tratarse de un niño con defectos y representando parte de su inocencia, a la par que va de la mano con la cultura de los nómadas aire.
Así mismo la sabiduría y valores que aprendió siguen presentes, haciéndolo un guía espiritual para los demás si verse forzado, al mismo tiempo que es una clase de apoyo para entender mejor su labor como Avatar. Así mismo, el Avatar como protagonista es muy interesante por lo imponente y relevante, pero al mismo tiempo siempre volverá a ser un niño y un estudiante.
Así como enseña y guía, también la vuelve a requerir, su historia es conectar a la gente y las épocas mediante el uso de la sabiduría del pasado y pensando a favor del futuro.
La serie tiene una magnifica premisa, concepto y universo, pero quizás fue por esa gran calidad lo cual hizo que La Leyenda de Korra palideciera en comparación. El mundo progresó, surgieron nuevos problemas, conflictos y formas del Control elemental, pero carecía de un conflicto central en todas que mantuviera tanto interés como el fin de la guerra de los cien años.
Es quizás una lástima no tener más de Avatar, pero demuestra que su belleza fue especial y no puede ser replicada como si fuera un mero producto comercial. Pese a la nostalgia y melancolía, debemos avanzar recordando las lecciones de nuestro pasado, así escribiremos nuestras propias leyendas.