El Perú nos ha regalado maravillosos cantantes, intérpretes y compositores. En todos los géneros, resaltaron muchos personajes que hicieron de cada manifestación musical, única e inigualable. Arturo “Zambo” Cavero y Oscar Avilés Arcos, ambos, son íconos y grandes exponentes de nuestra música criolla.
Arturo “Zambo” Cavero
El gran Arturo “Zambo” Cavero, nació en el Centro de Lima, un 28 de Noviembre de 1940, vivió exactamente, en la avenida Abancay 1149 con el jirón Luna Pizarro, en el callejón conocido como la “Banderita Blanca”, cerca de la peña Felipe Pinglo. Hijo de Juan Cavero, nacido en Huaral, y de Digna Velásquez, natural de San Luis de Cañete, enclave de la cultura afroperuana.
El solar del Zambo, también, fue cuna de otros cantantes; además de deportistas, como el histórico guardameta rimense Rafael Asca, entre estos el bolerista Ramón Avilés Isusqui.
Su carrera artística empezó a penas a los 16 años, a esa edad ya se fajaba como cajonero y percusionista en el fenecido fortín criollo “El Chalán“. A los 22 años abandonó la “Banderita Blanca”, pues se mudaría a Mesa Redonda; no obstante, el cantante visitaba el barrio para el Día del Padre, de la Madre, carnavales o para homenajear a la Virgen del Carmen, de la cual era devoto.
El “Zambo”, no sólo fue un estupendo cantautor criollo, también, se dedicó al estudio y la docencia: Era profesor de primaria titulado y puso énfasis en sus estudios en la educación especial; además de las especializaciones que cursó sobre Administración de la Educación.
Pero, su sangre criolla no podía dejar de lado su talento; por tal motivo, su tesis de maestría se tituló “El folklore y la educación”. ¡Grande “Zambo”!
Es en los setentas donde cogería el micrófono y se uniría al guitarrista Óscar Avilés e interpretarían más de 20 éxitos. Es así, que el “Zambo”, por su amplio recorrido artístico y su voz tan particular, el 3 de junio de 1987, junto con Luis Abanto Morales, Jesús Vásquez, Óscar Avilés y Augusto Polo Campos, fue premiado en Washington, por la Organización de los Estados Americanos.
Unos años después, en 1996 participó de un filme cinematográfico llamado “Bajo la piel” de Francisco Lombardi. También, participó en un spot en favor de un candidato presidencial, esto en el año 2001.
Las últimas ocasiones en la que el “Zambo” Cavero apareció en el solar se remontan al 2006, para las celebraciones a la Virgen del Carmen. “Tuta”, nunca olvidó sus orígenes y volvía al barrio, ellos lo recuerdan como una persona de pocas palabras, pero contundente y sincero al expresarse.
Ya avanzada su edad, el 5 de octubre de 2009, el “Zambo” ingresó a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Edgardo Rebagliati Martins, aquejado por una septicemia a causa de la obesidad. Sus compañeros y el presidente en ese entonces lo visitaron por la gravedad de su estado. Sin embargo, fallece el 9 de octubre, según el parte médico, víctima de una falla orgánica multisistémica.
Arturo “Zambo” Cavero (fotos)
Don Oscar Avilés
No podemos hablar del “Zambo” Cavero sin dejar de mencionar a su amigo entrañable y compañero de tarima, Don Oscar Avilés, considerado como “La primera guitarra del Perú”. Don Oscar, nacido en el Callao, un 24 de Marzo de 1924, vivió en la Calle Zepita, actualmente está cuadra lleva su nombre.
Sus padres, José Avilés Cáceres, peruano y de Angelina Arcos que era natural de Chile, tuvieron 6 hijos: Alberto, Carlos, Oscar, Olga, Oscar Enrique e Irma. Su gusto por la música criolla se inició escuchando a su padre, quien en reuniones familiares tocaba y cantaba música peruana; sin embargo, fue su abuela, doña Carmen Galván, quien le enseñó los primeros acordes de guitarra.
Oscar Avilés, estudió la primaria en el Colegio Salesiano en Breña y concluyó sus estudios secundarios en su amado Callao, en el Centro Educativo Francisco Bolognesi entre 1936 y 1937 y en el Colegio Moderno entre 1938 y 1940. Paralelamente, cursó clases de guitarra en el Conservatorio Nacional de Música con el maestro Juan Brito entre los años 1936 y 1938.
Luego, empezaría su carrera musical en 1939, como cajonero del dúo de hermanos “La Limeñita y Ascoy”. En 1942, con el grupo de cuerdas Núñez, Arteaga & Avilés gana el concurso radial organizado por el periodista Roberto Nieves, a raíz del cual se le comenzó a llamar “La Primera Guitarra del Perú“.
Conformó el trío Los Morochucos, entre los años 1947 y 1952 conjuntamente con Alejandro Cortéz y su fundador Augusto Ego Aguirre, quienes luego de un receso volvieron a reunirse entre los años 1962 y 1972. Acompañó con su guitarra a la cantautora Chabuca Granda en diversas giras artísticas entre 1955 y 1970, grabando varios discos memorables.
Posteriormente, a mediados del 2013, Don Oscar Avilés participó en la creación de una canción denominada “Porque yo creo en ti” junto a Marco Romero, dedicada a la selección peruana de fútbol.
“La primera guitarra del Perú”, como era llamado Don Oscar Avilès, falleció en abril de 2014 en la sala de cuidados intensivos del piso siete del Hospital Edgardo Rebagliati. El velorio, al que asistieron distintas personalidades de la política y las artes, se llevó a cabo en el salón Nazca del Museo de la Nación. Luego de un homenaje en el Distrito de La Victoria, fue enterrado en el Cementerio Baquíjano del Callao.
Don Oscar Avilés (fotos)
Conclusión
Arturo “Zambo” Cavero junto a Don Oscar Avilés, formaron un dúo magnifico de la música criolla. Algunas de las mejores canciones de este dúo fueron compuestas por Augusto Polo Campos. Tal es el caso de los valses “Cada domingo a las doce, después de la misa”, “Y se llama Perú” y “Contigo Perú”.
En los dos últimos se exaltan las señas de la identidad peruana, a tal punto que “Contigo Perú” es considerado como el segundo himno del país. Durante la Copa Mundial de Fútbol de 1982, el dúo alentó al seleccionado peruano, cantando dicho vals en su vestuario.
El “Zambo” y Don Oscar, considerados como los máximos representantes de las música criolla, están cantando desde el cielo o donde se encuentren, deleitan con su maravillosa música. Dejaron un vacío muy grande en el mundo artístico y sobretodo, en el corazón de muchos peruanos. Los recordaremos con esa alegría impregnada en su forma de ser y que se manifestaba a través de su música.