Padres e hijos abordamos de distinta manera esta nueva etapa, especialmente los más pequeños que empiezan el nido, también los niños de primaria que vuelven a las aulas con sus propias ideas y los de secundaria que atraviesan los cambios de la pubertad y la adolescencia.
Como padres, después de haber cumplido con una larga lista de útiles, nos queda prepararnos para enfrentar una nueva situación: empezar las clases.
El primer día de clases en la etapa preescolar
Estar atentos a cómo reaccionan en el primer día es importante, ver si es que el niño o la niña toma con naturalidad entrar al aula, interactúa apropiadamente con los profesores y compañeros, o de tal vez dicha situación provoca un llanto desconsolado, miedo, negación o rabietas.
Los niños que ingresan con bastante comodidad y seguridad, se desenvuelven con total confianza, sin temor de quedarse en un lugar nuevo, demuestran ser niños estables emocionalmente. Para ello, muchas veces dependerá de la actitud de los padres que, previamente pueden conversar asertivamente sobre las cualidades del colegio, cómo se estudia y cuáles son sus beneficios.
Narrar, cómo fue la parte positiva del colegio de papá y mamá cuando eran escolares, o la experiencia de sus hermanos mayores, (en caso los tuviera) con la intención de familiarizarlo con lo que va a suceder. La relación que se tenga con ellos, va a influir en la personalidad que se va a reflejar en su manera de ser, sobre todo al momento de dejarlos en el aula.
Por otro lado, entre 1 a 6 años, hay niños que suelen experimentar ansiedad por separación, entendido como el miedo frecuente a separarse de sus figuras parentales o de quien asume ese papel. Esta reacción tiene un valor adaptativo (y se presenta en otras especies) ante la probabilidad de posibles daños.
El niño suele llorar, se aferra a su madre y evita a la profesora, sin embargo en el mejor de los casos la duración del miedo suele ser corta, de 10 a 15 minutos. Luego de esto el niño suele adaptarse e introducirse a las actividades de la clase en pocos días.
Por eso, es muy importante observar también, nuestra actitud como padres, ya que si sentimos y mostramos ansiedad podemos generar más ansiedad en el niño, volviéndose muy difícil la adaptación.
Otro punto es la duración de este proceso, a algunos niños les toma más tiempo y para otros se puede convertir en un trastorno de ansiedad, por lo que debemos buscar ayuda de un profesional.
La etapa de la primaria
En esta etapa el niño suele ingresar al colegio más seguro, ya que tiene la experiencia anterior del nido. El niño se siente grande porque inicia la escuela donde aprenderá a leer y a escribir.
Aunque puede igualmente ser una situación que le provoque miedo y ansiedad, en algunos casos se pueden evidenciar sollozos o pataletas.
Hay que resaltar que esta etapa es de aprendizaje y desarrollo de la parte cognitiva, así como de rutinas; aprenderá a compartir, a esperar turnos, aumentar su tolerancia a la frustración y desarrollar valores.
Su maestra se volverá una figura de autoridad, así como la representación materna, lo que causará en el niño cierta tranquilidad en este nuevo periodo. Al igual que en el nido, los padres son figuras importantes que tienen que estar atentos por si transmiten tranquilidad o ansiedad.
En este caso, es crucial que el padre y madre de familia se preparen de antemano y realice un autoanálisis de sus emociones, preparándose para ese día tan esperado.
De primaria a secundaria
Los retos se van presentando cada vez más en la vida. El pasar a secundaria puede ser un gran orgullo, pero también una experiencia nueva que se convierte en un devenir de desafíos. En el primer día se conocerán nuevos compañeros y más profesores, significa también ser el menor de secundaria por lo que puede sentirse algo inferior en relación con los más grandes del colegio.
Los profesores pueden ser más directos y tal vez más fríos en su trato por darle mayor importancia a las metodologías académicas. Son más exhaustivos la presión por la exigencia y el aumento de la cantidad de cursos puede provocar que bajen en sus calificaciones, por lo que a un inicio es normal que desciendan las notas al compararlas con las de primaria.
Asimismo, los estudiantes dejan de ser niños para pasar a ser púberes, los cambios físicos en sus características sexuales se van a ir manifestando, en este transcurso hacia la adultez mediante la adolescencia, buscan identificarse con algún modelo a seguir.
Sobretodo que sea mayor, o denote alguna madurez. Es la edad en la que empiezan a distanciarse de sus padres en pos de su independencia, por lo que es normal en su desarrollo.
El adaptarse a secundaria va a ser diferente en cada uno, y va a depender de cada estudiante. Para poder apoyar a nuestros hijos podemos aprovechar ir a las reuniones del colegio para también hablar individualmente con los profesores sobre sus notas, rendimiento y adaptación.
Si se tiene una buena relación desde que ellos son pequeños, en esta etapa difícil de comunicación se va a abrir una mejor comunicación, preguntarle cómo se siente no sonará a interrogatorio, sino sentirá que es un ser importante y no pensará que es una crítica más de un viejo anticuado o una vieja amargada.
Sus cambios de humor no van a tener tanta lógica, por lo que hay que comprender que están pasando, darle su espacio es conveniente pero motivarlos a cumplir sus responsabilidades también.
Los castigos o insultos no servirán de mucho, solo logrará que se vuelvan más rebeldes y se desenfoquen de los estudios, conocer sus expectativas en la vida será una gran guía para continuar con ellos en el acompañamiento de su desarrollo.
Recomendaciones para los padres
- La comunicación es lo más importante para evitar problemas en este primer día. Conversar con los chicos de cómo será, las posibles situaciones que se puedan presentar, causará en los hijos más seguridad y un sentimiento de que son comprendidos.
- En el caso de los más pequeños, tener en cuenta que es un cambio de rutina, por ende la adaptación durará varios días. En el tema del horario se recomienda que días antes inicien un itinerario diferente, similar al horario escolar, para evitar que el niño se levante tarde y acomode sus horas de comidas.
- En los adolescentes, si bien cierto que buscan su independencia y espacio propio, es importante que el padre o madre de familia demuestre genuino interés e involucramiento por este nuevo comienzo y por los cambios que se darán a lo largo de la etapa escolar.
- En caso que se presenten reacciones en el primer día, que desborden la conducta del niño, los padres se pueden apoyar del personal del colegio. Profesoras (es), auxiliares o psicólogos (as) son los que podrían brindar el apoyo adecuado en casos difíciles, ya que cuentan con la experiencia necesaria.
- En casos más difíciles, buscar ayuda profesional de un psicólogo clínico y psicoterapeuta especialista en modificación del comportamiento, dará más soluciones a este gran momento de la vida.